Mi cumpleaños feliz ideal
Hace más de 11 años que no celebró mi cumpleaños, más de 20 que no son como me gustaría. Y nunca celebré mi cumpleaños feliz ideal. Si bien siempre ha habido celebración familiar, pastel y algunas veces, algún día laboral agradable como en Liu•Jo o en Fnac, las pocas veces que ha sido una sorpresa agradable ya ni las recuerdo. Sí recuerdo que, cuando la vida social se convirtió en un aburrimiento, y tras el fallecimiento de mi padre, me quedé celebrándolo en casa, sola, y más feliz con un gato y, siempre que he podido, haciéndome regalos, fuese un curso del COPIB cono unas botas para caminar (las que me dio el que me trató como una p*** no cuentan) o una comida china, o una opera o ballet, si no es película tras bailar. Si bien este año creo que iba a ser, tras un triste año, mejor y por fin maravilloso, ya veo que más que acoger y enseñar he vuelto a ser "el blanco" del mal humor, poses y persona a la que sobreexigir por una miseria económica, en turnos y horarios pésimos, e