Cuando fui ayudante de coordinación en el sector de 3º edad, salud mental y/o discapacidad (2005-6)
Tras haber estudiado el coche, y una vez terminado mi primer trabajo como monitora de noche cubriendo una baja siendo hiper mal remunerada por el sector religioso (ni 900 euros, en turnos de tarde y noche, festivos y domingos especialmente, pero con el que me puse comprar un reloj de plata de Donna Karan), obtuve mi puesto como Ayudante de Coordinación en una empresa privada hoy inexistente, pero bien situada y con muy buenos propósitos. Y con mi despacho propio individualizado.
Selección de personal, recibir CV, conocer a las personas que lo traían, elegir, visitar a las familias, seguir indicaciones, pero también acompañar, cubrir turnos, suplir personal y atender telefónicamente en guardias de 24 horas. De los mejores trabajos, pero de los peores sueldos obtenidos (ni 4 euros la hora, ni pluses, ni nocturnidad...). Colaboraciones con F. Aldaba, taxis, pañales a cambiar y personas con problemas de alcohol en sus turnos con graves repercusiones, gente que decía merecer más y fallos constantes de personal, días vacíos en el despacho, días de paseo a casas majestuosas llenas de basura... Al menos pude ir a la peluquería.
Ayudante en oficina y trabajadora social. También, auxiliar. Mal pagada. Efímero trabajo, pero felicidad pletórica conseguida.
Comentarios
Publicar un comentario