Mi padre (8.12.1939- 8.4.2020)

Supongo que no soy la única que ha tenido una muerte inesperada en este vida, bueno, ya van algunas, especialmente, de familiares. Si quizás un asesinato de un o una desconocido/a, un aborto involuntario, un accidente o algo así ya supone un golpe duro para la persona, el hecho de una muerte que, en el caso de estar en país lejano, o ahora, como en tal caso, confinados en casa, bajo vigilancia por motivos de salud, pueden ser más chocantes si no lo esperábamos. Y más, si es debido a un virus que está resultando la guinda del pastel letal de personas que ya estaban mal de defensas, tenían varias enfermedades previas o que no estaban realmente bien de salud.

La verdad es que hay que llevar esta encerrona lo mejor posible, menos mal que tenemos mil y un entretenimientos y ya no es lo mismo que al principio, mucho/as podemos pasar más tiempo con la mascota, familia en caso de que se tenga, compañero/as de piso o lo que haya, como si sólo hay una planta en la casa. Tenemos internet, que es muy importante para comunicarnos hoy en día, y no estamos tan solo/as.

Triste es ver qué quizás esas persona que conocías no es como esperaba, alguno/as se abandonan en drogas, otras personas ni te preguntan cómo estás, o el postergar velatorios, entierros y todo tipo de cosas así que la verdad, a mucho/as de nosotro/as, no nos resulta ni placentero ni agradable ni nos supone "ir de compras".


Hoy con buen humor, porque a veces hay cosas que no puedes cambiar, y los sentimientos tristes ya surgieron, y poco a poco te quedas con lo bueno y no con el ver que si se hubiera quedado vivo todo el rato intubado, con molestias al respirar, o sedado, con pulmones hinchados por neumonía, fibromialgia y similar, quiero dar la despedida al que fue uno de los mejores hombres trabajadores, agradecidos, habilidosos, deportista, activo y buenhumorado, aparte de buen padre, y un hombre que siemrpe estuvo allí en lo bueno y en lo malo, más padre de mucha gente que debería coger ejemplo de él: MI PADRE, GUILLERMO JUANICO PONS. Vino de Menorca de pequeño y según me contaron, ya a los 8 años le dieron aprobar el gyn xoriguer (y dejó claro que las borracheras no eran para él), hizo la mili en alta mar mientras escribía a mi madre con la que se casó tras 8 años de noviazgo, fue portero de balonmano y futbito y ganó un premio al menos goleado, y fue pintor de hoteles, y funcionario del hospital Son Dureta, hasta su jubilación. Tuvo por lo menos 4 coches, condujo moto, le encantaba comer pizza y era limpio aunque no cocinero, y bueno, más paciente que a saber quién. De los que te traían la compra, madrugaba si era necesario, hacía correr al gato y hasta aró la casa de campo de mis abuelos, cuyos frutos regalaban a todas las amistades y familia posible.

Y un puñetero coronavirus se lo ha llevado, así que, hoy ya no podréis poner los culos delante de Juanico, cosa fea que hicisteis muchos de vosotros (porque aunque no pudo estudiar no era tonto y no tenían tantas ayudas o becas como hoy), y espero veros a muchos en el entierro o lo que sea, porque la verdad, se lo merece más que cualquier niña mimada y consentida que no ha hecho nada en su vida y ni se ha sacado el catalán y le han dado la plaza de funcionaria, y sigáis el ejemplo de que la gente mayor ni es siempre tan vieja ni sin vida.

ODA A MI PADRE. 

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