2012

A veces me acuerdo de 2012. 

De lo bueno.

Cita sorpresa, master finalizado, reinvindicación sincera de la población, buen gusto y elegancia, ciudad limpia y elegante, restaurantes económicos, clases de gimmasio divertidas y eficientes, discotecas para todos, multigustos...

Y luego todo se fue a la quiebra. No sólo negocios, sino también, personas. Eliminaron salas de fiesta, limpieza en la ciudad, multiplicaron las tiendas de ropa en demasía (eliminando algunas buenas como Promod),  las amistades se perdieron en su propio narcisismo, la comida se ha encarecido, no hubo más citas, tuve que cambiar de gimnasios hasta dejarlo, no viajé como quería, compitieron para empobrecer en vez de seguir pensando en un disfrute general, se centraron en las parejas religiosas, aumentaron el tráfico de drogas ilegales y consumo en sitios particulares, dejé de viajar y el sueño desapareció...

Al menos, casa, gato, internet, ejercicio, ropa, libros, cosas de mi gusto, comida, estudios, salud, remonto y sigo. Nuevas buenas personas, enseñanzas aprendidas. Aunque muchos de mis cuentos y deseos se los otorguen a otras personas, que ni disfrutan ni valoran ni quieren, siempre tengo muchos objetivos y todo lo que puedo, lo hago y haré.