Cuando trabajé en Ashfield Healthcare
Fue algo inesperado. No lo que pensaba, pero mejor. Y divertido.
En 2016, tras ser azafata en el Congreso de Psiquiatría de 2016 en Palma de Mallorca, y haber podido asistir a esas conferencias maravillosas cobrando laboralmente, me seleccionaron para trabajar con una empresa farmacéutica. Yo no sabía que era recorrer la isla completa en coche, y me daba miedo, pero accedí ya que era una aventura puntual, y fue maravilloso.
Viaje a Barcelona, formación, risas, una habitación propia con baño en un hotel de lujo, 4 estrellas, y un grupo fabulosos. Gastos pagados en todo, poder ir vestidos, botas, lo mínimo tecnológico y a la vez, formar en nuevos productos, informar y festejar el progreso de marcas establecidas en la mayor parte de farmacias de la isla. Viajes diarios, gasolineras que ni conocía, rutas nuevas, objetivos, planos, visitas agradables con personas adorables, acompañamiento policial, superación personal con las tormentas, curvas y granizos, y comidas de ensueño. Sa Vinya, Es Cruce, Burguer King, McDonalds, chino, japonés, Sa Premsa, y muchos más, repitiendo lugares, eligiendo siempre lo que me gusta, e intentando nunca gastar el límite diario, como una reina. Y acabé antes de lo previsto, con bono y plus esperado.
Y aprendí a conducir mejor, hasta que tuve un "accidente", en cuesta, sin batería, que tardé 11 meses en reparar por falta de apoyo laboral, mientras a otras les pagaban las comidas, las cenas y hasta la ropa...
Pero, otro trabajo de conducir todo el día así, todo el día conduciendo, yo, no. Ya me va justo hasta el aeropuerto cuando llueve. Lo de la comida, sí se acepta.
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